miércoles, 22 de mayo de 2013

El álamo

En el centro del pueblo
quedaba el árbol grande.
Era una plaza mínima,
pero el árbol viejísimo
la desbordaba entera.
Las casas bajas como animales tristes
a su sombra dormían. Creeríase
que a veces levantaban una cabeza, alzasen
una noble mirada y viesen aquel cielo de verdor
que hacía música o sueño.
Todo dormía, y vigilante alzaba
su grandeza el gran álamo.
Diez hombres no rodearían su tronco.
¡Con cuánto amor lo abrazarían midiéndolo!

Pero el árbol, si fue en su origen (¿quién lo sabría ya?)
una enorme ola de tierra que desde un fondo reventó, y quédose,
hoy es un árbol vivo. Abuelo siempre vivo del pueblo, augusto
por edad y presencia.
A su sombra yacen las casas, viven,
se despiertan, se abren: salen los hombres, luchan,
trabajan, vuelven, póstrense. Descansan.
A veces vuelven y allí cobijan su postrer aliento.
Bajo el árbol se acaban.
El pueblo está en la escarpa de una sierra.
Arriba Najara.
Abajo la llanura, como una sed enorme de perderse.
Despeñado, colgante, quedó el pueblo agrupado bajo el árbol.
Quizá contenido por él sobre el abismo.
Y sus hombres se asoman
en su materia pobre de siglos
y echan sus verdes ojos, sus miradas azules,
sus dorados reflejos, sus limpios ojos claros y oscurísimos,
ladera abajo, hasta rodar en la llanura insomne
y perderse a lo lejos, hasta el confín sin límites que brilla
y finge un mar, un puro mar sin bordes.
El árbol: un álamo negro, un negrillo, como allí se nombra.
El álamo: "Vamos al álamo." "Estamos en el álamo" Todo es álamo.
Y no hay ya más que álamo, que es el único cielo de estos hombres.

5 comentarios:

  1. Este poema nos habla de un viejo árbol centenario, que vive en la plaza de un pueblo, y que a pesar de que en dicho pueblo, pasan los años y la gente nace y muere, el árbol al que Aleixandre dedica el poema, sigue vivo.

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  2. El poema es de verso libre, y de rima libre, y esta dividido en cuatro partes. La primera abarca los diez primeros versos, y en ellos se describe el lugar en el que se encuentra el árbol, protagonista de su poema. La segunda va del verso 11 al verso 23, y en ellos se describe al álamo. La tercera parte va del verso 24 al verso 36, y en ellos se describe a los habitantes del pueblo. Por último la cuarta parte son los cuatro últimos versos, y en ellos se llega a la conclusión de que el árbol es el centro del pueblo, a su alrededor se encuentra la vida del pueblo, todo lo importante de ese pueblo, las celebraciones más importantes, se celebran alrededor de dicho álamo.

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  4. En el poema podemos observar el uso de varias figuras retóricas, por ejemplo el verso seis, las casas bajas como animales tristes, es una comparación. En el verso quince, la pregunta ¿quién lo sabría ya?, es una interrogación retorica, ya que se hace la pregunta sin esperar una respuesta. Los versos 19 a 21, A su sombra yacen las casas, viven, se despiertan, se abren: salen los hombres, luchan, trabajan, vuelven, póstrense. Descansan, es un asínteton, una enumeración de verbos, en la cual no existen nexos, y que dan una sensación de nerviosismo. En el verso 26, Abajo la llanura, como una sed enorme de perderse, es otra comparación. En los versos 29 a 35, y sus hombres se asoman en su materia pobre de siglos y echan sus verdes ojos, sus miradas azules, sus dorados reflejos, sus limpios ojos claros y oscurísimos, ladera abajo, hasta rodar en la llanura insomne y perderse a lo lejos, hasta el confín sin límites que brilla y finge un mar, un puro mar sin bordes, es otro asínteton, una descripción de los habitantes del pueblo, mediante estructuras nominales unidas por comas, lo que indica la ausencia de nexos.

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  5. Ademas en el poema podemos observar un símbolo muy característico del autor. Este símbolo es el mar, que simboliza lo permanente, la vida eterna. En este caso el mar hace alusión a ese viejo álamo centenario.

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